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Extracto:Aunque las medidas de contención no son similares al “gran confinamiento”, terminarán por afectar; sin considerar que en América todavía no concluye la primera oleada.
A excepción de China, en el resto del mundo parece que los contagios por Covid-19 no están bajo control como se aseguraba; estas dudas se expresaban meses antes cuando en Europa algunos países señalaban el inicio paulatino de la normalización, los detractores decían que la gran prueba vendría en unas semanas cuando se presentaran rebrotes de la enfermedad.
Los economistas advertían que este fenómeno, el de los rebrotes, podría ser el factor determinante para la velocidad de la recuperación en la economía de gran parte del mundo; si estos rebrotes se controlaban sin grandes contratiempos, habría posibilidad de una recuperación más rápida y acelerada de lo esperado, pero lo contrario sería catastrófico, sobre todo si regresaban los confinamientos, en cuyo caso sería letal.
Y sucedió, las voces que descartaban la posibilidad de rebrotes importantes y de que estos no pudieran ser controlados, han sido calladas en muchas partes del mundo, especialmente en Europa en donde los rebrotes volvieron a poner en una situación complicada a las economías con acciones que si bien no llegan a confinamientos totales, sí afectan más a una ya de por sí muy golpeada recuperación economía.
Es un hecho, las medidas para contener el avance de la enfermedad en Europa van a influir con toda seguridad en la velocidad de la recuperación de la actividad económica con el incremento de la incertidumbre. Si bien no estamos, todavía, frente a un confinamiento como el que observamos en el primer semestre del año en curso, el crecimiento que se esperaba en los siguientes meses volverá a ser revisado y lo peor que pudiera suceder es que nuevamente la actividad económica se hunda y entre en zona negativa, tal como sucedió en los meses del “gran confinamiento”. Algunos analistas consideran incluso el resurgimiento de la infección y las medidas de contención adoptadas en varios países, refuerzan los riesgos de una deflación debido a que la política monetaria se ha vuelto condicionada por las políticas de los gobiernos, cuestionando a dinámica de la recuperación.
Ya hay algunas cifras que nos dicen hacia dónde empiezan a moverse las expectativas debido a los rebrotes y sus consecuencias sobre la economía. Hace dos meses las expectativas de las autoridades económicas en Francia apuntaban a un repunte de 1 por ciento en el PIB del país al cierre del año, es decir en el cuarto trimestre, pero ahora la misma expectativa ubica este indicador en 0 por ciento. Analistas en el viejo continente van más allá y esperan un desempeño similar, e incluso negativo, para naciones de la región como Alemania, Italia y España, por mencionar algunos países.
Este temor sobre los rebrotes está golpeando a una parte del mundo en la que se supone la situación sanitaria estaba controlada, de acuerdo con sus propias autoridades; lo anterior deja una gran lección de la que también ya se había advertido previamente, relativa al hecho de que mientras no haya una vacuna cien por ciento confiable para combatir la epidemia, las economías del mundo entero no pueden bajar la guardia y declarar controlado el problema, no en un mundo tan interconectado como el actual; esto demuestra también la imposibilidad de que mientras la susodicha vacuna no exista, puedan normalizarse las actividades en sectores como el de la aviación y servicios turísticos, especialmente en la hotelería y viajes de descanso, las facturas a pagar pueden ser muy elevadas. Eso para los países que supuestamente habían dejado atrás lo peor, la primera oleada de contagios, pero hay otros países y regiones en el mundo que están en una situación peor.
Es el caso de América, el continente en su conjunto no solamente Estados Unidos. Tres países son en estos momentos los de mayor riesgo presente porque la pandemia sigue muy presente día a día pese a las declaraciones de las autoridades locales que dicen haberla controlado desde hace meses, y porque en este sentido todavía deberán esperar una segunda oleada de la misma pandemia, con efectos económicos hasta ahora poco evaluados.
Esos tres países son: Estados Unidos, Brasil y México. En el primer caso, el de Estados Unidos, ya hay 8.2 millones de infectados y 220 mil 110 fallecidos, en Brasil el número de afectados es de 5.25 millones con 154 mil 176 muertes, mientras que en México hay 854 mil infectados y poco más de 86 mil personas han perdido la vida. También destaca Argentina con poco más de 1 millón de infecciones y Perú con 868 mil afectados.
Esta región no ha terminado la primera oleada y se calcula que no lo haga hasta antes de noviembre próximo, aunque un descenso sostenido de casos no se espera sino hasta enero de 2021 haya o no haya vacuna. Como sabemos, América tiene a la mayor economía del planeta, la de Estados Unidos, con un PIB aproximado de 23 billones de dólares, y tiene a economías muy importantes como Brasil y México.
Y sucedió, los rebrotes en Europa le dan el tiro de gracia a la pálida recuperación observada y esperada para los próximos meses, mientras que en América el virus sigue muy presente, sin control. Ahora los economistas empiezan a enfocar sus previsiones de recuperación económica para la gran parte del mundo hacia el año 2021, dicen que si la gestión de la crisis sanitaria sigue tan desastrosa en naciones clave, el mundo no podrá reemprender el camino hacia el crecimiento antes de 2022, los mercado se preparan para nuevos y mayores periodos de volatilidad.
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