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Extracto:El republicano logra la ventaja sobre Joe Biden en un Estado decisivo para la victoria
Florida, uno de los Estados clave en liza, donde ambos candidatos han disputado una de las grandes batalles de la campaña, se ha decantando a favor de Donald Trump. Este territorio consolida su respaldo al republicano con una ventaja aún mayor que la que logró hace cuatro años: todo apunta a que la diferencia será superior a cuatro puntos.
Una de las peleas más duras por la presidencia de Estados Unidos se ha librado estas semanas precisamente en este Estado, a 1.400 kilómetros de Washington, en el hogar de la población hispana más pujante del país; destino de una buena parte de los jubilados; imán para el turismo con sus cruceros y parques de atracciones; sede de la industria musical que mira hacia América Latina y donde el presidente tiene su residencia, en el complejo Mar-a-lago.
La atención electoral se volcó en Florida para intentar atraer a los votantes hispanos. En 2016, Donald Trump ganó en esa plaza a Hillary Clinton por la mínima, un 1% de los votos (113.000 papeletas). Los candidatos acumulan cientos de millas en viajes, casi semanales, a este Estado y las campañas han abierto la billetera para hacer el mayor gasto de publicidad –unos 127 millones de dólares– de todo el país. Los indecisos eran un objetivo, pero también los que pueden cambiar de bando.
El perfil de los votantes en Florida se ha inclinado en las últimas décadas del lado de los republicanos: desde 1994 no se elige un gobernador demócrata. Al mismo tiempo, el sureste de la península, así como grandes centros urbanos como Orlando y Tampa, que han votado consistentemente a los candidatos del Partido Demócrata, también lo han hecho esta vez, con una ventaja de 23 y 7 puntos para el partido de Biden.
A las puertas del mítico café de Versailles de Miami, centro de reunión cubano por excelencia, la noche del martes ha sido una fiesta desde antes de conocer los resultados. Decenas de seguidores de Trump han bailado al ritmo del himno salsero que pedía el voto para el republicano y que ha sonado en cada esquina de la ciudad incansablemente durante las últimas semanas de campaña. El núcleo duro del anticastrismo gritaba “Viva Cuba libre; viva Trump”, como si la reelección del presidente y el futuro de la isla fueran de la mano.
La efectiva campaña de desinformación de Donald Trump para movilizar el voto cubano ha cuajado en las calles de Miami estos días en las filas de los centros de votación, en las cenas familiares y en disputas entre vecinos. “América jamás será un país socialista”, ha insistido Trump y su compañero candidato a la vicepresidencia, Mike Pence, en cualquier acto de campaña en Florida. La asociación con el comunismo de su adversario, el demócrata Joe Biden, y del voto republicano como el “verdadero acto de patriotismo”, fueron los argumentos más ruidosos en este Estado con casi un millón de cubanos y unos 75.000 venezolanos con derecho a voto y con una tendencia similar al antichavismo.
“Si tenemos Florida, lo tenemos todo”, señalaba Trump en su último mitin el domingo por la noche. La disputa del Estado se volvió el principal objetivo de ambas campañas en la recta final de las elecciones. Los dos candidatos han visitado el Estado todas las semanas en el último mes: el presidente hizo un mitin el domingo saltándose el toque de queda que la ciudad de Miami impuso a las 12 de la noche y Barack Obama pidió el voto por Biden también en esta ciudad solo un día antes de los comicios. Movilizar el voto hispano y afroamericano en el sur del Estado fue una prioridad hasta pocas horas antes de la jornada electoral.
Decenas de exiliados cubanos y venezolanos continuaron con la fiesta hasta casi la media noche en este restaurante ubicado en el corazón de la Pequeña Habana de Miami. Leticia Montero, de Holguín (Cuba) de 37 años, que llegó a Miami hace 20, ondea una bandera con el nombre del republicano a cada coche que cruza la calle Ocho a golpe de bocinazos. “Ha sido uno de los pocos presidentes que cumplió lo que prometió. Ha sido efectivo en la economía y para nosotros los cubanos ha tomado medidas contra la dictadura y eso hace que se gane nuestro apoyo”, cuenta a este diario. Sobre si el aumento de restricciones a la isla, que ha asfixiado todavía más a su economía en estos últimos años, opina: “Los cubanos ya no tienen nada más que perder, el pueblo ya no tiene nada. Asfixiado ya está”, remata.
A unos metros, uno de los excombatientes más jóvenes de la invasión de Bahía de Cochinos (Cuba) en 1961, Carlos Hernández, de 80 años, muestra orgulloso su anillo con la insignia de la Brigada 2506. “Me siento muy bien. Este sí que es un buen presidente, ¿y sabe por qué? Porque no es un político, es un business man [empresario]”, señala. Trump se reunió con los miembros de la brigada en julio, en mitad de su campaña para reforzar el voto del anticastrismo que este martes le ha dado un apoyo histórico (con el 95% escrutado).
Miami es uno de los pocos rincones en Estados Unidos donde Trump se ha hecho fuerte en las calles, algo inédito también para esta ciudad. En su nombre se baila y se brinda con café cubano, se organizan caravanas callejeras y flotillas de yates privados. Y el condado al que pertenece la ciudad, Miami Dade, ha notado su avance: mientras Hillary Clinton lograba una ventaja en esa zona de 30 puntos en 2016; Biden solo ha obtenido 7 puntos más que su rival. Una caída también histórica en un condado tradicionalmente demócrata.
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